El domingo, en La Ronda Cultural: ¿Nunca más qué?

En Modernidad y Holocausto, Bauman plantea que el holocausto sólo fue posible porque los atributos de la modernidad –racionalidad, planificación y eficiencia– fueron utilizados para el exterminio. Y dice también que, en ese sentido, fallaron todos los frenos morales – las grandes banderas modernas: libertad, igualdad, fraternidad–, esos frenos no impidieron el horror. Por eso, dice Bauman, tenemos que estar atentos porque los mismos elementos que, combinados, hicieron posible el holocausto siguen existiendo y pueden reaparecer bajo otro formato.

Ocurrió en la Argentina desde 1976. Las características del genocidio moderno que describe Bauman se aplican sin dudas al terrorismo de estado. Por eso, la expresión que comenzó a circular en los ochenta, la idea del Nunca más, es la apelación a reforzar los frenos morales. El Nunca más como un límite moral, como un nuevo pacto social, que debemos recordar todo el tiempo para no repetir la historia.

A cuarenta años de la Carta abierta de Walsh a la Junta Militar, a cuarenta años de su muerte, y desde un presente que reactualiza los postulados de Walsh en la carta –la crítica que hace a las políticas económicas desplegadas por los militares es la misma que podemos hacerle hoy a las políticas de Macri; la crítica que hace a la represión de la clase popular y al emprobrecimiento de las clases medias también– nos lleva a preguntarnos, ahora, retomando la expresión de Adelina Dematti de Alaye, ¿Nunca más qué?

Sin dudas, la conciencia de lo que significó la dictadura para la sociedad argentina, en su plano estructural, y en su plano microsocial, es decir, en el espacio de nuestra comunidad, con el triunfo de Cambiemos ha desbaratado cierto consenso que creíamos consolidado. Y permitió la emergencia de un discurso de derecha (acallado hasta el 2015) que encontró legitimidad en el voto y ahora habla, sin cepo, cuestionando lo que creíamos se había conquistado como verdad histórica. Lopérfido, Gómez Centurión, Macri. Versiones que, desde el poder político, le abren las puertas a una réplica en la sociedad civil. “¿Fueron treinta mil desaparecidos? ¿Fue un plan sistemático de exterminio?” Creemos que el límite moral, la verdad histórica y, finalmente, las sentencias judiciales nos impulsan a combatir este negacionismo oficial.

Nombrar lo que debe ser nombrado ahora, en el presente, para volver a ponerlo en su lugar. Y para que no se pierda de vista qué es lo que debemos combatir. La memoria se construye siempre desde el hoy y como acontecimiento eminentemente político.

La continuidad inevitable del Nunca más es la otra bandera que fue sostenida e impulsada por los movimientos de derechos humanos en estos últimos años: Memoria, verdad y justicia. En eso creemos para que la historia no vuelva a repetirse.

Firman: Agustín Manavella, Ricardo Mariño, Daniel Muchiut, Nicolás Muchiut, Enrique Yapor, Ignacio Oteiza, Gerardo Panero, Hernán Ronsino, Victoria Chacón, Miguel Ronsino, Elías Suárez, Diego Scarpellino, Cooperativa El Hormiguero, Centro Cultural “La Ronda”.